Dios no ha terminado contigo

Dios no ha terminado contigo

¿Qué haces cuando Dios cierra una puerta, pero la nueva puerta que sabes que tiene para ti aún no ha aparecido o se ha manifestado? Dios no ha terminado contigo.

¡Bienvenidos a Transición! Todos hemos estado allí y algunos de ustedes pueden estar pasando por eso ahora mismo. La transición se define como el proceso o período de cambio de un estado o condición a otro.

No es un lugar fácil ni cómodo para estar. Te sientes inquieto. Los sistemas probados o formas de hacer las cosas que solían funcionar perfectamente, ya no parecen dar resultado. Tal vez incluso algunas relaciones que solían funcionar ahora se sientan tensas o no tan importantes.

Cuando estás en transición, no estás donde solías estar, pero aún no has llegado a tu próximo destino. Simplemente te sientes extraño y te obliga a mirar a tu alrededor y ver qué debe cambiar.

Personalmente, no me gusta el cambio, tengo dificultades con la tecnología porque siempre está cambiando. Pero cuando entras en un momento de transición, no tienes más remedio que cambiar, moverte, evolucionar, hacer los ajustes necesarios, porque no puedes quedarte donde estás por más tiempo, aunque quieras… ¡Aún no sabes a dónde vas!

Ahora, tal vez Dios ha estado quitando las plumas de tu nido por un tiempo y haciéndote las cosas incómodas, ¡tal como lo hace una mamá águila con sus bebés para que quieran salir del nido y aprender a volar!

Puede parecer cruel al principio, pero luego, la mamá águila sabe que, a menos que eche a sus bebés, nunca podrán aprender a volar o mantenerse a sí mismos; ni conocerían nunca la alegría de sentir el viento bajo sus alas mientras vuelan por encima de las nubes y a través de los hermosos cielos azules.

Dios no ha terminado contigo

Si te han echado de tu cómodo nido o estás pasando por una transición, ¡debes saber que Dios no ha terminado contigo!. Simplemente, te está llevando al “otro lado”. En la Biblia se cuenta la historia de Jesús haciendo esto con sus discípulos:

Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?

Marcos 4: 35-41

Quédate en el barco

Incluso si se siente como si todo el infierno estuviera estallando a su alrededor y Jesús parece estar dormido en el bote con la cabeza sobre una almohada cómoda, ¡confía en Él! Él es el Dios que puede calmar los mares con una sola palabra, y Él es el único que puede sacarte de la tormenta y llevarte a salvo al otro lado.

La buena noticia es que, cuando llegues allí, tendrás una gran historia que contar, tal como la tuvieron los discípulos cuando finalmente llegaron a salvo al otro lado.

Dios te ama y quiere que cumplas tu destino. Si estás pasando por una transición, es porque Él tiene algo mejor para ti. Quédate en la barca, Jesús te llevará al otro lado.

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